Por
“Alirón, alirón, el Madrid es campeón”. Así se cantaba en los años 60 en el Bernabéu cada vez que los blancos conquistaban un título liguero. Algo que pasó a convertirse en una bendita rutina, dado que en aquella década ganaron hasta ocho Ligas, dejando las dos restantes para sus vecinos del Atlético. Pero es tan verdad como que en los últimos tiempos el Barcelona había logrado reducir las distancias, sobre todo cuando en 2019, con Valverde en el banquillo, ganaban la segunda Liga seguida. Eso las daba un ocho de 11 que empezó a preocupar en los despachos del Bernabéu. La Champions es muy importante, pero la Liga marca tu poderío durante un curso entero.
Por eso, esta Liga 35 conquistada por el Madrid de Ancelotti es más importante de lo que parece, dado que marca por fin un periodo hegemónico de los madridistas en esta competición, arrebatando esa bandera al Barça. De las últimas seis Ligas, tres han sido para los dueños del Bernabéu (2017, 2020 y 2022), quedando dos para el Barça (2018 y 2019), y una para el Atleti (2021). Ancelotti ha tenido mucho que ver en esta conquista. Para el italiano ha supuesto pasar de nuevo a la historia, al ser el primer entrenador del mundo capaz de ganar las cinco ligas en los cinco grandes campeonatos del Viejo Continente (Inglaterra, Italia, España, Alemania y Francia). Impulsado por ese logro individual, Carletto supo insuflar en sus hombres desde el verano pasado que era muy importante ser el mejor en el torneo de la regularidad como base para luego hacer una gran Champions, como así ha sido (su equipo está a 90 minutos de poder jugar otra final de la Copa de Europa).
En este logro coral y colectivo, al que le han sobrado cuatro jornadas para festejar el título, han sido fundamentales los veteranos, con el gran Luka Modric (36 años) y Karim Benzema (a la cabeza). Entre los dos suman 70 años, pero han rendido como si tuviesen diez menos. Los goles del Pichichi francés (el primero que va a conseguir en su carrera) han sido claves para hacer creer al equipo en los peores momentos. También Modric, con esa visión increíble de juego y su infatigable esfuerzo para ayudar al equipo, ha sido el motor de esa Santísima Trinidad que han completado, una vez más, Casemiro y Kroos. Tampoco hay que olvidar la aportación de Courtois (el 11 de mayo cumplirá 30 años), dado que el portero belga ha rendido a un nivel excepcional y ha dado muchos puntos con sus paradas milagrosas. La más representativa es la que hizo en Vigo, en Balaídos, ante el Celta, que permitió ganar un partido clave porque venía justo después del único gran fiasco de la temporada: el 0-4 del Clásico en el Bernabéu. Y no me dejo en el tintero a Vinicius, que ha explotado este curso para convertirse en el jugador más desequilibrante de la Liga por sus regates diabólicos y su aportación en ataque (14 goles y ocho asistencias). Este cuarteto ha abanderado la conquista de la 35.
La regularidad del Madrid ha sido tremenda y, sobre todo fuera de casa, ha dado una sensación de solidez y de firmeza que han conseguido someter al resto de sus rivales en una Liga muy igualada en la lucha por meterse en puestos Champions, pero muy claramente definida en la batalla por alcanzar la cumbre de la clasificación. La Liga 35 deja ya al Barça a nueve títulos de desventaja (26), por lo que ahora tienen los blancos la oportunidad de iniciar una nueva era. Y más con la esperada llegada de Mbappé, que puede marcar una época en el Bernabéu y en el fútbol español.
Por
En ciertos momentos Ancelotti ha sido criticado por utilizar siempre a los mismos jugadores. Nada más lejos de la realidad. Hasta 29 futbolistas han participado algún minuto para la consecución de esta Liga ganada con tanta suficiencia. Hay 25 de la primera plantilla y a ellos se unen cuatro canteranos: los laterales Miguel Gutiérrez y Sergio Santos, el mediocentro Antonio Blanco y el extremo Peter. Hasta 16 de los 25 de la primera plantilla han disputado 1.000 minutos o más. Esta Liga es también un título coral…
Por
El Real Madrid comenzó como un tiro la competición liguera: jugó sus tres primeros partidos lejos del Bernabéu debido a las obras de remodelación del coliseo blanco, antes de recibir al Celta (5-2). Ante los vigueses se produjo la primera remontada que acabó con triunfo blanco y ya se vieron las primeras sensaciones de que los madridistas iban lanzados a por el título de Liga. Entre la fuerte salida de los de Ancelotti más los tropiezos de equipos como el Barcelona y el Atlético de Madrid, los de La Castellana no dieron opción a ningún otro equipo. Sólo ha dejado de ser líder de la competición en una jornada (fecha 2, en la que empató a tres tantos en el campo del Levante).
Con un bloque sólido, con líderes en cada línea de juego (Courtois, Alaba-Militao, Modric y Benzema), el Madrid no ha sufrido en esta Liga salvo la aparatosa derrota en el Clásico jugado en el Bernabéu, pero que a la larga se ha visto que no afectó al rendimiento de la plantilla. Ahora suma dos Ligas en tres años y todo apunta a que la próxima campaña volverá a ser el rival a batir.
Por
Ancelotti completa el desafío. Al entrenador italiano, el único técnico que ha dirigido equipos en las cinco grandes ligas europeas, le quedó una deuda pendiente consigo mismo de su primera etapa en el Madrid: conquistar la Liga. La ha saldado a la primera de su segunda etapa. Ese logro le convierte también ahora en el único entrenador que atesora el título de los cinco campeonatos más fuertes del Viejo Continente. Un repóker único. Ganó el Scudetto con el Milan en la 2003-04, la Premier con el Chelsea en la 2009-10, la Ligue 1 con el PSG en la 2012-13, la Bundesliga con el Bayern y la Liga española con el Madrid en esta 2021-22. Y a la vez completa otro pleno: Carletto es el primer entrenador que conquista los seis títulos principales a los que puede aspirar en el banquillo del Real Madrid. El sextete. Por este orden, Ancelotti ha ido añadiendo al palmarés del club y al suyo personal, la Copa del Rey y la Champions en la temporada 2013-14 (la ansiada Décima), la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes en la 2014-15 y la Supercopa de España y la Liga, de momento, en esta campaña en la que regresó al banquillo blanco.
Esta Liga es el 21er título en el palmarés de Ancelotti como entrenador. Además de las cinco ligas, atesora tres Champions (uno de los tres entrenadores que pueden presumir de ese logro, junto con Bob Paisley y Zidane), tres Supercopas de Europa, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Alemania, una Copa del Rey, una Supercopa de España, una FA Cup, una Coppa de Italia, una Community Shield y una Supercoppa de Italia. Después de su primera etapa en el Madrid fue al Bayern para cerrar un círculo: entrenar en las cinco grandes ligas europeas. Y volvió al Madrid para completar otro: conseguir la única Liga que le faltaba en su colección. Un entrenador único que tiene por delante otro hito: ser el primero en conquistar cuatro Copas de Europa.
Por
“Cada día es mejor, como el vino”. Difícil describir mejor y en menos palabras la evolución futbolística de Karim Benzema. Palabra de Ancelotti, tras presenciar el segundo hat-trick consecutivo del lionés en Champions. Ajustició al PSG en la vuelta de octavos. Hizo lo propio con el Chelsea en la ida de cuartos. En el campeonato doméstico, su mejor marca, los 24 tantos de la 2015-16, quedaron atrás en la jornada 32, con un gol con olor a Liga 35 sobre la bocina del Pizjuán (2-3). La lucha por el pichichi tardó poco en convertirse en una carrera contra sí mismo. Karim y luego el resto. No tardó en vociferar que quería ganar su primer trofeo de máximo goleador en España y ya desde el principio dejó patente que ha enarbolado la bandera de la regularidad dentro de la excelencia.
El adiós de Cristiano en 2018 le hizo dar varios pasos adelante. Pero este año ha dado zancadas hasta mirar por el retrovisor a una leyenda blanca tras otra, adelantandoa Alfredo Di Stéfano (308 goles) en la tabla realizadoray dejando claro que terminará su carrera en el Madrid como segundo máximo goleador de un club con 120 años de historia. Este año Benzema se ha desencadenado: puede cerrar su mejor temporada. No solo con el Pichichi como premio individual. El Balón de Oro asoma (es uno de los grandes candidatos a ganarlo) y ‘Le Roi’del Real Madrid aspira a serlo también del planeta fútbol.
Por
El Vinicius Junior que titubeaba, el que aparecía y desaparecía por su inconsistencia o por falta de convencimiento de Zidane, es historia pasada. Esta Liga número 35 tiene en el brasileño un buen porcentaje del éxito. Benzema echó en falta la campaña pasada un aliado en el gol, alguien con quien compartir la exigencia del Real Madrid de hacer goles. De hacer muchos goles, mejor dicho. Vini ha ocupado ese papel y con nota. Ha hecho 14 goles en Liga, el doble exacto de los que consiguió como madridista… en las tres Ligas anteriores (siete). Su mejor tramo fue entre el 30 de noviembre y el 4 de diciembre, cuando encadenó cinco goles en seis partidos siendo un factor determinante para que el Madrid ganase al Sevilla (2-1) o su doblete 1-2 en el Martínez Valero. Todo empezó en agosto. Tras el debut en Mendizorroza, aún era agosto, Ancelotti contó qué directriz le había indicado al joven brasileño. “Tiene la calidad para el uno contra uno”, comenzó el italiano, “pero le he dicho que es muy difícil encontrar un delantero que haga gol tras cuatro, cinco o seis toques, un delantero marca al primer toque o como máximo con dos”
Vini se aplicó el cuento y los goles empezaron a caer. También, en paralelo, algo muy importante para él, la confianza creciente de Tite con Brasil estando como estamos tan cerca del Mundial de Qatar. Su juego no evolucionó únicamente en el veneno final. También en cómo prepara la mesa para que sus compañeros coman. Ahí está esa asistencia a lo Modric con el exterior para Casemiro en el 1-0 al Getafe de la jornada 31. Una Liga que es, en cuanto a Vinicius, su segundo gran título con el Real Madrid. El otro fue la Liga 34. Y todo eso si obviamos su Mundial de Clubes en 2018. Pero en aquella cita sólo jugó seis minutos. Era otro Vini, una promesa: no este, convertido definitivamente en estrella.
Por
Cuando Thibaut Courtois llegó al Real Madrid en 2018 se le examinó con lupa en sus primeros meses. No en vano, venía a relevar a Keylor Navas, un portero querido por la afición madridista y uno de los artífices de la etapa de las tres Champions consecutivas. Y el belga lo notó. Pero fue una memorable actuación suya ante el Galatasaray en octubre de ese año cuando su sino como madridista comenzó a cambiar. En cuatro temporadas se ha convertido en un muro al que es difícil superar: el Madrid ha ganado dos Ligas y estuvo a punto de conseguir la de la pasada temporada, que se escapó por un simple punto.
Pero esta temporada ha sido la de la reivindicación de Thibaut como portero del Real Madrid. El motivo han sido sus actuaciones semana a semana, partido a partido. En cada una de sus apariciones ha dejado una perlita en forma de estirada, de parada de reflejos, de salidas mano a mano. Quizá no le llegue para ser de nuevo Zamora de la competición, pero lo que ha dejado claro es que el Madrid empezaba con un muro y acababa con un letal bailarín de claqué en el área: Courtois y Benzema. Karim y Thibaut. Las Ligas se ganan en las áreas, y el Madrid ha tenido a lo dos mejores en sus filas…
Por
Por
A reyes muertos, reyes puestos. Tras las salidas de Sergio Ramos y de Raphaël Varane, una pareja clave en los últimos triunfos tanto nacionales como internacionales, el aficionado madridista dudaba del rendimiento que podrían ofrecer Eder Militao y David Alaba. Una pareja anómala, el ying y el yang, pero que no hace más que dar satisfacciones a la parroquia blanca. El primero costó 50 millones de euros. El segundo llegó con la carta de libertad (y una suculenta prima de fichaje), pero desde el principio mezclaron de manera perfecta. Mientras a Alaba le gusta rasear el balón, a Militao no le importa ir a rematar de cabeza, ya sea para defender o para atacar. Lo cierto es que el equipo blanco se ha encontrado de repente con dos jerarcas competitivos, líderes, combativos y con cierto aire a desafiar a sus rivales: casi siempre salen vencedores de sus duelos.
Tanto Militao como Alaba se complementan a la perfección, aunque el brasileño se ve tan sobrado en algunas situaciones que le llevan al error (caso de la derrota ante el Getafe en el primer partido de 2022). Alaba, más serio, duro y más creador, es el que da origen a la salida del balón, un constructor. Militao, más guerrillero, es el que recupera el esférico y desactiva al rival. Una labor parecida más bien a un artificiero. La calma y el ardor guerrero han liderado desde la retaguardia el título liguero. Y no parece que se vayan a detener…
Por
La sala de máquinas blanca ha funcionado a la perfección. Partiendo desde la base con Casemiro, el centrocampista blanco que más partidos ha jugado y más balones ha robado. A su lado, formando un centro del campo que ya pasa a engrosar la lista de mejores líneas de centrocampistas de todos los tiempos: Modric y Kroos, tan complementarios como necesario. El primero, con 36 años, está reluciendo con uno de los mejores brillos de toda su carrera. Líder, capaz de comandar al equipo en la salida de balón, de firmar casi una decena de asistencias y llegar al área rival para definir. Por su parte, el germano ha tenido un viaje donde ha ido de menos a más, previo paso de una pubalgia que sufrió a comienzos de temporada, pero partido a partido fue recuperando el nivel de ese jugador que aporta templanza y pausa.
Además, La temporada 2021-22 ha sido la temporada de la explosión de dos supernovas. Una de ellas, Valverde, el Pajarito que se ha transformado en Halcón. Un futbolista que no sólo ha demostrado poder cumplir en grandes citas, sino también poder hacerlo en diferentes posiciones (ha jugado de pivote, de volante y de extremo). El otro, Camavinga. Aún más joven y con capacidad para explotar más, pero ya presentado como el futbolista a recoger el testigo del centro del campo en el medio plazo. Por detrás estuvieron Ceballos, cuya aparición en la recta final demostró que es un futbolista más que válido (sobresaliente en El Sadar) e Isco, con mucho más protagonismo en el tramo inicial que en el final.
Por
La conquista de esta Liga va a traer, además, salidas dolorosas en el seno de la plantilla blanca. Una de las más importantes va a ser la de Marcelo. El primer capitán de la presente temporada se va a marchar recogiendo la Copa de la Liga. Un merecido premio a un jugador que llegó siendo un chaval en el invierno de 2006 a 2007, que debutó en Riazor sustituyendo nada más y nada menos que a su compatriota Ronaldo Nazario. Fichado como relevo generacional de Roberto Carlos, ha estado casi rozando la altura de su mentor y grandísimo amigo en numerosas temporadas. El problema es que el tiempo llega para todos…
Marcelo se va con su sexta Liga en las alforjas, pero tras una campaña en la que no ha podido brillar debido a la fuerza, vigor e ímpetu de Mendy, fichado en 2019 y que se hizo con el puesto nada más llegar. Atrás quedaban las largas cabalgadas del brasileño por la banda del Bernabéu, un estadio que siempre le ha querido, admirado y venerado por su juego, alegría, comportamiento, liderazgo, saber estar y saber comportarse (no ha montado ningún lío a ningún entrenador por ni jugar, en este caso a Zidane y a Ancelotti). La banda izquierda del Madrid se queda un poco huérfana después de casi 26 años de dueño brasileño. Pero Marcelo se va por la puerta grande. Como las grandes leyendas del Real Madrid.
Por
Había dudas sobre si el Real Madrid sabría y podría sostener con esta plantilla tantos frentes, especialmente los de la Liga y la Champions, y la parte doméstica ha quedado definitivamente demostrada. El Madrid no ha tenido prácticamente altibajos físicos. La cuestión física es un asunto que ha preocupado más de puertas afuera que al staff técnico madridista. “Las críticas que hemos recibido es porque no han visto los datos que tenemos nosotros sobre los partidos y los entrenamientos de los jugadores. También de los médicos, vamos a acabar la temporada a buen nivel físico”, explicó Ancelotti el pasado 8 de abril. Una defensa de la planificación del jefe de preparadores físicos, Antonio Pintus, clave en que el equipo mantuviera una intensidad constante en Liga y que destrozase al PSG en los últimos treinta minutos de la vuelta de octavos y al Chelsea en la prórroga en el mismo trance en cuartos. Además, en el apartado energético Ancelotti cuenta con la aportación reciente de tres futbolistas en un pico de forma capaz de ‘estirar’ el esfuerzo general desde el once inicial o el banquillo: el Halcón Valverde, Camavinga y este ‘nuevo’ Rodrygo.
En la pirámide de trabajo, Pintus dirige un staff en el que cuenta con Sebastien Devillaz (fichado por el propio Pintus este mismo verano, pero al que conoce desde 2016; es el encargado de dar el OK definitivo a los lesionados para volver), Francesco Mauri (hijo del expreparador también madridista Giovanni Mauri), Giuseppe Bellistri (otro fichaje de la temporada 2021-22 tras cinco años entre Inter y Milan; es el analista de datos físicos del plantel) a los que se reforzó también hace unos meses con un fisioterapeuta de alto nivel, Iván Ortega, con experiencia cuidando de las primeras plantillas de Celta, Liverpool, Chelsea y Atlético. Un sistema bajo la mirada y dirección de Pintus, el gurú físico del Madrid.